02 julio 2009

Viñetas

Últimamente estoy descubriendo el mundo de la aventura gráfica... de papel. El mundo del cómic o del tebeo, un mundo que hasta hace poco se limitaba a Mafalda, Ásterix y Obelix, Tintin, Garfield, Calvin & Hobbes demás viñetas publicadas en los periódicos semanales de mi juventud.

El cómic en serie, el que se conoce como novela gráfica, nunca me había interesado, y eso que en mi casa hay un par de estanterías repletas de comics desde Moebius hasta Lobo pasando por los clásicos mencionados arriba. Si te suena lo que digo, no opongas resistencia si tienes un amigo o familiar consumidor de tinta... déjate aconsejar un título que no te arrepentirás. 


Para mi re-educación en el mundo de más dibujo que negro sobre blanco, elegí algo no precisamente para principiantes, Maus de Art Spiegelman. La animalizada historia de su padre, un judío polaco emigrado a los Estados Unidos tras la guerra durante la cual pasó por varios campos de concentración, incluido Auschwitz. A la vez es la historia del descubrimiento y reconocimiento de una generación por la anterior, algo muy repetido en familias que han vivido circunstancias extremas durante la guerra, secretos, vergüenzas, rencores y dolor.


Con esta viñeta, todavía hoy para muchos, la mejor de la historia del cómic, queda inaugurado un apartado en este blog en el que intentaré realizar un seguimiento de los cómics que voy descubriendo, y presentando una muestra.

Leer una prueba de MAUS en Random House
Hoy Art Spiegelman tras un Graffiti de su alter ego ratonificado.
 Maus, primeras páginas en Randomhouse.

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