22 enero 2012

datos, privacidad ¿a quién le importa?

Esta mañana actualicé mi cuenta de blogger al nuevo layout de google (lectores, sí, escribo estas líneas gracias a goolge, por mucho que intento mantener su presencia a raya -sin conseguirlo). Y percibí por primera vez a mis lectores.

Me gustaría dedicaros esta entrada. Resulta que no únicamente tengo lectores conocidos (amigos y familiares), sino que hay alguien en el mundo que de vez en cuando decide entrar en este salón puntocom, decorado con alfombras y cuadros en disonancia, una habitación que por su decoración minimalista y su contenido heterogéneo, no se sabe si es un salón un dormitorio o la cocina. Bienvenidos, pasen ustedes y siéntanse como en su propia casa.
En concordancia con los tiempos que corren, me permito apropiarme de la metáfora elegida por Remedios Zafra para definir los espacios a los que accedemos a través de nuestra pantalla conectada.  Estas habitaciones, sin tintes de género, como tanto gusta a la cyberacadémica analizar, son sitios que decoramos y preparamos para 'ser vistos'. En el territorio de lo privado (el bloggeo por el bloggeo, sin fines comerciales o informativos) pocos hacen realmente un esfuerzo por conocer a aquellos que las frecuentan. 

 
source: blogger / google analytics

A esta habitación han venido visitas desde los estados unidos y colombia, desde alemania y desde españa. Las razones de sus visitas fueron fugaces. Los datos proporcionados por una gráfica demuestran que individuos perdidos en un mar de imágenes o palabras clave se quedaron atrapados en la página principal de mi blog (y ojalá la curiosidad les hiciera leer alguna de estas líneas). A todos los visitantes un poco escrupulosos no temáis y confiad que no malgasto mis energías en canalizar contenidos, ni siquiera en optimizar resultados y mucho menos transmitir vuestros datos, nada más que a vosotros mismos a través de este post.

En esta habitación hay, concretamente y por si no os habíais dado cuenta, un mac y muchos cables, cables conectados a una página de video streaming (para devorar todo el cine del mundo, el precio de taquilla, nos obliga a algunos a conformarnos con este tipo de habitaciones clandestinas). Mi cuarto se encuentra también conectado a skype y a facebook; espacios que me transportan 'de vuelta'; de vuelta a gente y familia que no pueden ser visitados en un fin de semana por que sí. El  exilio, cabe clarificar, es voluntario y no forzado por ninguna crisis o el paro, aunque a quién importan las motivaciones, cuando las consecuencias son para todos los expatriados las mismas.

En este mar de conexiones semánticas determinadas y restringidas por el lenguaje, en el que se generan olas provocadas por algoritmos camuflados de falsa subjetividad; se producen, en ocasiones escasas, esos momentos mágicos en los el resultado de la búsqueda aleatoria ha 'sugerido' entrar en esta habitación, sed bienvenidos y acérquense al fuego para secarse antes de emprender la próxima zambullida.

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