07 marzo 2008

Los Kinos en Berlín

 Central Kino. Julio 2007
En Berlín hay muchos cines, lamentablemente la mayoría, al igual que en mi país de origen, únicamente ofrecen versiones dobladas de las películas, que para mí es como ir a ver ballet con bailarines cojos o mancos. Pero hay una gran variedad de cines alternativos (Kunstkinos o Programmkinos) que al igual que su definición, se abstienen de proyectar filmes comerciales y por supuesto en su versión original. A la vez, y por si lo que apetece es ver una peli de palomitas y grandes salas en auditorio es posible en un multicine, eso sí, únicamente en versión original si la película es de habla inglesa y original con subtítulos en inglés si se trata de una película en otra lengua. A mí lo que me gusta es investigar diferentes salas, y sobre todo observar qué público hay en cada una de ellas.
Mi provolito (como diría la Agrado ante un buñuelo) es el cine en los Hackesche Höfe, situado en uno de los lugares más turísticos de la ciudad. Gracias a que se encuentran en un tercer piso tampoco es un agobio ir. Eso sí, se recomienda ir antes de cinco minutos antes de la película, pues hay colas. Es un cine con cinco salas, utilizan tres o cuatro para sus estrenos y siempre la sala cinco es para ciclos, festivales, cortos, y otro tipo de eventos que no es la película tradicional. Ofrecen cada mes de dos a cuatro preestrenos que me parece muy útil, ya que algunas películas (no alemanas) llegan a las carteleras muy tarde. Se recomienda para éstas reservar cómodamente por teléfono incluso el mismo día de la proyección. Sus salas son algo pequeñas, pero por fortuna los asientos están escalonados, con lo cual, normalmente, no hay problema para incluso leer los subtítulos. Digo normalmente porque claro en este país ya se sabe que la probabilidad de encontrarte a un ser humano más alto de lo normal (ya sea hombre o mujer) es mayor que en países mediterráneos. La clientela de éste cine, entre la habitual (o sea los que ya casi nos conocemos las caras), hay bastante gente de mediana edad, pocas familias (ponen escasas o ninguna película apta para niños) y gente joven que acude normalmente en grupo (al ser una zona pija de la ciudad pues suelen ser gente con dinero). Lo buenísimo que le encuentro a este cine es que tiene una cafetería con bastantes butacas, está a disposición la prensa actual, revistas y cuelgan en una pared todo tipo de críticas y informaciones sobre sus películas para que el cinéfilo tempranero pueda pasar el tiempo. El precio es de 7 euros, ni el más caro ni tampoco el más barato de la ciudad.

Si lo que nos gusta es ir al cine con una sala, a la antigua. Aquí hay pocos teatros como digamos el Capitol de Madrid. El gran teatro Berlinale únicamente se habilita como cine durante el festival de cine, el resto del año triunfan espectáculos tipo Blue Man Group. En el oeste hay alguno, como el Zoopalast o el Delphi, pero olvídate de salir de Spiderman-3 o la taquillera de turno; la única oportunidad de que puedan sobrevivir, garantizando el lleno. Hay un cine en el Oeste también (una zona en la que no suelo ir al cine, ni ir en general) de una sala única, en Versión original subtitulada y con cartel muy decente. Y es el
Odeon en Schöneberg, uno de los barrios de moda del West Side. La sala grande tiene el problema del difícil acondicionamiento en invierno, con lo cual, vete abrigado. Es un cine chulo con pantalla grande y decorado con mucha personalidad, pero eso sí en un sitio un tanto alejado de lugares para cenar o salir previamente o a continuación.

Volviendo a la versión original, esta vez a pelo, intentaré describir el mogollón del multicine
Cinestar (aludido en la introducción) en el vanguardista Sony Center, situado cerca de la Potsdamer Platz, centro del cine en Berlín (está el museo de cine, el museo del audiovisual, y la filmoteca, con su propio cine) y casa de la Berlinale. En este centro construido en los años noventa, encontramos más de 20 salas de cine, la mitad de las cuales pertenecen a este Cinestar. Se trata de películas puramente Hollywood, pero bueno, en Berlín viven muchos americanos y ahí pueden sentirse como en casa. Eso sí, por 8 euros la entrada, y 5 euros las palomitas, hay que tener un cierto status para poder permitírtelo. Se recomienda llegar tarde, son salas tan grandes que es casi imposible vender todo el aforo y proyectan de 20 a 30 minutos de publicidad a un volumen atronador. Un truquito: las primeras filas son más baratas, y normalmente puedes en la oscuridad cambiar de asiento.

Hay, por supuesto más cines pero ya con esta pequeña guía tanto el cinéfilo ya sea de visita o recién llegado para quedarse podrán seguir visitando su sitio favorito, y no echarlo de menos. Yo recomiendo a los turistas ir al cine, la experiencia es algo diferente que en España. Un lugar de reunión de amigos que hace tiempo no se ven, parejas, gente sola por supuesto, y todo ello acompañado por cervezas o un vino tinto, coca cola o bionade para abstemios y palomitas o regaliz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que me gustó la presentación de tu blog, lo bien que escribes, te vas a hacer una escritora. CU